GRUPORADIOCOMPLICES.COM A las 22.00, FERNANDO Rc en “ASTRO TERAPIA” con María Antonia Rogel Prog 25/03/2025 bq

Buenos días, buenas tardes, buenas noches, soy Fernando RC del grupo Radio Cómplices y estamos en el programa Astroterapia, un programa en el que hablamos de constelaciones familiares y de astrología, un programa que para muchos tenemos que empezar a comprender ciertas terminologías, palabras y gracias a María Antonia Rogel pues nos sale fácil aprenderlo, por eso este programa que hacemos todos los martes cada dos semanas nos viene muy bien ir aprendiendo, hay veces en que la situación nos sorprende encontrando gente que conoce mucho más del tema que nosotros y aquí intentamos que todos podamos comprenderlo, así que María, buenas tardes, buenas noches, buenos días.

Hola Fernando, buenas noches, buenas tardes, buenos días, bueno he decidido empezar por buenas noches porque aquí en España es por la noche, entonces y por lo que tú decías, intentando aprender, pero ¿sabes qué? que nunca se termina de aprender. Pero eso también lo hace más bonito.

Pues sí, pero muchas veces ha oído la expresión esa de madre mía, que si no estuviera vivo o algo de eso, para ver y creer que todavía hay cosas que te sorprenden para bien y para mal. Pero eso es lo bonito de la vida, que si nos acostumbramos a tenerlo todo encauzado, la vida también se podría convertir en un aburrimiento, mientras que así siempre esa sorpresa hace que tengamos ese aliciente, es como como echar a cara o cruz cada cosa que hacemos y eso nos ayuda.

Sí, lo que pasa es que, bueno, una cosa son las sorpresas, sorpresas estupendas y otras cosas que tú vayas descubriendo de ti, pues cosas que a lo mejor todavía te duelen, ¿no? Yo tengo un amigo que dice eso porque todavía tiene saldo, saldo para gastar, ¿no? Dice, hombre, ya que la vida me deja un poco tranquila, que ya han sido muchos traumas, muchas cosas que hemos superado, que estamos toda la vida aprendiendo, creciendo... Bueno, hay gente que está todo... Bueno, a lo mejor está desde los 20 años haciendo esas cosas y hay gente que se muere y no ha aprendido nada.

Pero eso es lo bonito, como decíamos, estamos para aprender. Hombre, si no ha aprendido nada, la verdad que vaya vida que se ha pasado. Hombre, si lo tienes... Eso, a ver, yo lo primero que pienso, que toda la gente tenemos mucho que aprender, eso que lo tengan todo aprendido, es como decir, yo me acuerdo con 25 años que dije, ya lo tengo todo vivido, anda, que no metí la pata, lo que me quedaba a mí y lo que me queda...

Es que a esa edad éramos un poco chulos, ¿sabes? No, yo nunca voy a hacer esto, nunca me voy a separar, nunca voy a hacer esto, nunca voy a hacer lo otro... Toma, dos tazas.

Sí, además de verdad, cuando dices algo así, sobre todo en cuestiones de relaciones, ya sean familiares, laborales, cuando dices algo es cuando más la lías.

Por eso muchas veces ya vas aprendiendo y aún así, como digo, sigo diciendo con cuidado las cosas, porque sé que puede que me las tenga que tragar más de una vez. Sí, sí, yo me acuerdo cuando yo era joven que mi madre para eso era muy lista y decía, la gente, toda esta gente que presume, a no, mi hija no se va a casar embarazada, a no, mi hija se casará por la iglesia... Bueno, pues toda esa gente fueron cayendo uno a uno, ¿eh? Uno a uno. Separándose, casándose por el juzgado o no casándose o no conociendo al padre del bebé y cosas así, uno a uno iban cayendo. ¿Ves? Tanto presumir y tanto sacar la panza de que tu hijo o tu hija...

Mi madre decía, me hacen gracia las mujeres, las señoras que dicen que su hija está a las ocho de la mañana, porque yo todavía cuando era joven vivía franco. Y entonces decía, no, no, es que mi hija a las ocho de la tarde ya está en casa. Y mi madre decía, es que eso tiene hora, señalando la parte de sexual, es que eso tiene hora, es que no se puede haber liado con el novio a las cinco. O sea, que no, eso son tonterías. Mi hija estaba a las ocho en casa. Pues depende, hija.

Yo tuve una relación en la que cada hora teníamos que dar la vuelta para que nos viesen.

Sí, sí, sí, sí. Y te aseguro que más de una vez estábamos subiendo las escaleras y nos íbamos abrochando el pantalón.

Yo creo que todos hemos buscado siempre ese momento. Es como, yo me acuerdo, en la sala de mi casa, estar en pleno verano con una manta, porque debajo estábamos metiéndonos mano.

Y entró mi madre y decir, pero si hace calor.