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La carrera más peligrosa del mundo cuesta abajo persiguiendo una rueda de queso h235l
29/05/2025
29/05/2025
La carrera más peligrosa del mundo cuesta abajo persiguiendo una rueda de queso — Una colina...
La carrera más peligrosa del mundo cuesta abajo persiguiendo una rueda de queso
— Una colina con un 45% de pendiente. Una rueda de queso de tres kilos. Y decenas de cuerpos rodando cuesta abajo. No es el arranque de una comedia absurda. Es la carrera más temeraria del mundo.
— Cada último domingo de mayo, Cooper’s Hill, en el suroeste de Inglaterra, se convierte en el escenario de un espectáculo tan ridículo como violento. El objetivo: perseguir una rueda de queso Double Gloucester colina abajo durante doscientas yardas. Quien cruce primero la línea de meta, gana. Pero esa simple consigna esconde una prueba que roza lo suicida.
— La colina no perdona. Tiene una inclinación inicial de sesenta grados. Los primeros diez metros son casi en caída libre. No hay tiempo para pensarlo. Solo para lanzarse, confiar en el impulso y... rezar para no terminar con los huesos hechos añicos.
— Chris Anderson lo sabe bien. Tiene el récord absoluto: veintitrés victorias. Pero no sin consecuencias. En su primera carrera se fracturó el tobillo y pasó ocho semanas escayolado. En otra ocasión cruzó la meta inconsciente tras golpearse la cabeza. Aun así, seguía volviendo. Año tras año. Como si algo más fuerte que el sentido común lo arrastrase cuesta abajo.
— Los orígenes de la carrera no están del todo claros. Algunos creen que era un ritual pagano para bendecir las cosechas. Otros, una antigua prueba para toneleros. Lo que sí está claro es que los vecinos de Brockworth la defienden con uñas y dientes. Para ellos, es identidad, orgullo… y un poco de locura.
— Con la llegada de las redes, el evento se ha globalizado. Participan personas de Australia, Egipto, Estados Unidos… Pero quienes mejor sobreviven a la colina son los locales. Son ellos quienes conocen cada bache, cada desnivel, cada trampa invisible en la hierba.
— Las imágenes parecen sacadas de una pesadilla cómica. Cuerpos girando, gritando, golpeando el suelo en posiciones imposibles. Un caos organizado donde pocos llegan a la meta caminando. Y muchos, directamente, no llegan.
— Las lesiones están prácticamente garantizadas. Fracturas de tobillo, piernas rotas, conmociones. La campeona femenina de 2023 ganó inconsciente. Y una leyenda como Flo Early se retiró con una clavícula deformada de por vida.
— A pesar de todo, la carrera no está asegurada. Nadie se hace responsable. Ni los organizadores —que oficialmente no lo son—, ni siquiera la mujer que fabrica el queso. A sus 86 años, Diana Smart recibió una advertencia policial: podría ser considerada culpable de los daños. Todo por elaborar ese famoso cilindro de leche curada.
— Anderson asegura que nunca quiso batir ningún récord. Pero cuando llegó a las trece victorias, algo se activó. Ganó tres veces en un mismo día. Volvió con la cadera destrozada. Y sigue dudando sobre si va a retirarse del todo.
— Tal vez vuelva. Tal vez corra una vez más, solo por ver a su hijo participar. Pero si lo hace, no será por el premio. Porque hay algo casi irónico en esta historia: a Anderson no le gusta el queso. Le parece demasiado fuerte.
— Una tradición absurda. Un culto al riesgo. Un espectáculo que no tendría sentido… si no nos fascinara tanto ver hasta dónde puede llegar el ser humano por una victoria que, en el fondo, sabe a leche y a huesos rotos.