🤩 BORJA VILASECA / SER FELIZ ES FÁCIL en AlexComunicaTV 🤩 s1u35

Pues aquí seguimos en Alex Comunica, ahora mismo 5 y 32 minutos. Estamos en directo emitiendo para todo el mundo desde donde? Desde el plató de Alex Comunica, la calle de los enamorados en Barcelona. Enamorados, enamorado como estoy yo de este libro, como de todos los libros de Borja de la Seca y no lo digo por hacer la rosca sino que son libros siempre que despiertan.

Ser feliz es fácil, el método más simple para disfrutar de la vida. Claro, lo difícil es ponerlo en práctica como todo. Borja, bienvenido a Alex Comunica. Gracias por estar aquí. Encantado, Alex. Un aplauso, no reprimas. No os contengáis, si queréis aplaudir, gritar de alegría, emoción. Aquí, sed libres. Después del striptease que te acabas de pegar.

Fíjate, es que aquí no hay secretos ya, Borja. Ya lo saben todo de mí. No hay misterio.

Borja, voy a leer porque los libros de Borja siempre tienen citas, que son citas también que ayudan a despertar, a plantearse cosas. Hay una de Antonio Gala, que es un escritor que me encanta, que dice, te mueres en vida no cuando tu corazón deja de latir, sino cuando tus días se convierten en una tediosa y monótona rutina de acciones sin alma.

Cuerpo sin alma, zombies, muertos en vida. Este libro puede ser un buen antídoto para eso. ¿Quién nos ha sentido alguna vez así? Muerto en vida, que le falta como alma, como ganas de hacer cosas, como un propósito, como un sentido, y vas por la vida como con el piloto automático. Dices, bueno, lo hago por hacer, respiro por respirar y ya está, pero no me levanto por las mañanas con ganas. ¿Tú, Borja, te has sentido así alguna vez? Sí, sí, varias veces, en varios momentos. Cuando tú te desconectas de ti mismo, desconectas del ser, de la esencia, y pues hay un gran vacío en todos nosotros en general, y cuando es doloroso al principio meterte en ese agujero negro y al final pues miras hacia afuera y ahí te duermes, entras con el piloto automático.

Y por supuesto que me ha pasado, ser lo que es ser un muerto viviente. Lo que pasa que yo igual tengo poca tolerancia al sufrimiento porque a mí cuando esas situaciones me pasaron, sobre todo cuando era más jovencito, enseguida se despertó en mí una motivación de decir, oye, vamos a salir de aquí. No me sé perpetuar en el sufrimiento indefinidamente y no me consuelan los parches. Siempre he tenido esa sed de verdad, pero sí, sí, por supuesto, todos hemos pasado por ahí alguna vez. ¿Para ser feliz hay que sufrir? ¿Hay que pasar por el sufrimiento? Hoy en día sí.

Algún día cuando cambiemos la educación de forma radical y las escuelas eduquen conscientemente y acompañen a los niños y a las niñas con respeto, con amor, se les equipe emocional, espiritualmente para la vida, no creo que sean necesarias las noches oscuras del alma. Pero hoy en día debido al sistema de educación industrial, a la paternidad inconsciente, a cómo está montada la sociedad, el sistema, que todo está hecho para que seamos infelices, al final de alguna manera tienes que tocar fondo o llegar a una saturación, porque vivimos como walking dead y al principio el camino a la verdadera felicidad es doloroso, porque implica hacer esto, que es mirar hacia adentro, iluminar sombras, sanar heridas, sentir el dolor que está ahí, meterte en ese vacío.

Eso es muy incómodo. ¿Quién quiere hacer eso? No lo hacemos hasta que ya no nos quede más remedio, hasta que nuestro dolor de una vida enajenada es insoportable. Una vida enajenada. De hecho, dices en el libro que el sistema es un sistema corrupto, un castillo de naipes a punto de caer y que nos vamos a dar una hostia de la que difícilmente nos vamos a recuperar. De hecho, dices así, nos vamos a dar una hostia, la hostia se avecina. ¿Cómo va a ser esa hostia? Bueno, a ver, tampoco tenemos una bola de cristal, pero esto es algo que no solamente siento, intuyo y pienso, sino que lo dicen muchas personas. Es una civilización totalmente obsoleta ya.

O sea, ya ha cumplido su función y esa era industrial, que todavía estamos viendo los últimos flecos y, sobre todo, para mí el indicador hoy en día es la infelicidad. Este libro es una provocación, evidentemente, porque para mí, si tú le quitas todos los parches a la sociedad, lo que te queda es una sociedad profundamente infeliz, una sociedad profundamente