5x05 Previo GP de Japón I 💥 El modelo de la academia Red Bull está roto I Tsunoda reemplaza a Lawson en su casa 3r3m5g

Somos hechos de emociones, todos buscamos emociones.

Una cosa en particular de F1 puede proporcionar el peligro de ser herido, el peligro de morir.

Ya lo saben, si parpadean se lo van a perder.

¿Qué estamos haciendo? ¿Racer o ping pong? Déjenme en paz, no sé qué hacer.

¿Venís a hacer un cambio? ¡Zagatau, Zagatau, Zagatau! ¡No, no, Max, eso no está bien! ¡Max Verstappen, eres el campeón del mundo! ¡Luba! Muy buenas a todos, bienvenidos a la Curva del Ocho.

Un podcast hecho por aficionados de la Fórmula 1 para aficionados de la Fórmula 1.

Y es que volvemos a uno de esos países, a uno de esos circuitos siempre especiales, ¿no? Gran premio de Japón, circuito de Suzuka.

Creo que es algo mágico, especial.

Siempre se recuerdan esos madrugones que normalmente suelen ser justificados porque siempre pasan cosas.

De hecho, recordaremos también el año pasado que aquí también hubo jaleo en la salida.

Pero bueno, llegamos a esta parte de la temporada con un equipo bastante dominador, con un McLaren por encima de los demás.

Pero que, como siempre, el gran Max Verstappen nos sorprende cada día porque es capaz, digamos, de mitigar toda esa losa que tiene su coche.

Ahora, además, hablaremos de su nuevo compañero.

Así que, sin más reacción, a un lado del box, como siempre, el hombre de yate.

Muy buenas, Ferruccio, ¿qué tal? ¿Qué tal, Eneco? Muy buenas.

Con muchísimas ganas de este gran premio de Japón.

Siempre, siempre.

Bueno, yo no sé, a la gente muchas veces le preguntas, oye, ¿cuál es tu circuito favorito? La mayoría dicen Spa, otro Silverstone y hay muchos que dicen Suzuka, entre los cuales me incluyo.

Yo, para mí, este es el circuito fetiche.

Está en mis sueños más húmedos durante las noches.

Y todo circuito que se precie debería tomar como referencia a Suzuka, que para mí es una auténtica maravilla, simplemente por el mero hecho de cómo es el trazado, de cómo pone a prueba a los pilotos.

Y más con estos coches que parecen trollebuses.

Oye, decías antes que estos circuitos y estos grandes premios siempre traen consigo esos madrugones y yo creo que alguna vez ya lo he contado, pero me hace mucha gracia contar aquí cómo yo recuerdo el gran premio de Japón.

Recuerdo con 15 años levantarme muy de noche para ver ese Renault pintado de azul.

Cuando no se salía de noche para verlo cuando llegas a la mañana desayunando.

No, no, cuando te levantabas a la mañana después de haber dormido tus 6-7 horas.

Sí, no sé cómo serían, pero bueno, yo me levantaba a escondidas sin que mis padres nos enterasen.

El tema es que había por aquellas, yo creo que ya lo he contado, pero bueno, había por aquellas un concurso en Telecinco, que era que si tú mandabas un SMS al número que fuese y respondías correctamente a las preguntas que te preguntaban ellos, Antonio Lobato y compañía, Gonzalo Serrano, Víctor Seara y esta gente, pues bueno, te daban como premio una gorra del equipo Renault con el número 5 de Fernando Alonso y el número 6 de, supongo que sería en ese año, pues no sé si era el 2005, Fisiquela o Trulli, no tengo ni idea.

El caso es que yo no tenía teléfono móvil, sabes que teléfono móvil cogí, ¿no? ¿El de tu madre o el de tu padre? El de fundir la tarjeta a mi padre, tío.

Porque no era tema de un mensaje, era cuestión de que había que mandar varios mensajes.

Te hacían una pregunta, luego te hacían otra, y yo decía hostia, que me las sé todas, tío, me las sé todas. ¿Quién va quinto en el Mundial? Montoya, Montoya.

Entonces me cayó buena bronca, pero tengo la gorra.

Pues ahí está que todo esfuerzo trae su recompensa.

No hay mejor frase para esta célebre historia.

Un saludo, papá, un saludo.

Ahí está, a otro lado del box, como siempre, en Eko y Sassi.

Y yo creo que, no sé si ha sido estrategia de marketing, ha sido una cosa de los astros que justo ha coincidido este fin de semana, mira que lo hablábamos en el programa anterior, pero yo creo que el previo o este chascarrillo que siempre nos tiramos al principio, aparte de tu experiencia, que me parece fantástica, tenemos que hablar de Yuki Tsunoda y tenemos que hablar de Liam Nelson.

Yuki Tsunoda, a quien por fin ha sido cumplido su deseo, ¿no? Cuando entró en la Fórmula 1 le frotó la lámpara del genio y le pidió un deseo.

¿Cuál es tu deseo, niño pequeño? Yo quiero correr en Red Bull.

Vale, no te preocupes que el año que viene vas a correr.

Pasa el año, no corre.

Oye, ¿pero qué pasa con mi deseo? Bueno, pues después de cinco temporadas en Fórmula 1, por fin al niño pequeño se le ha dado su carácter, su capricho y su recompensa ha tenido que ser el deseo.